miércoles, 11 de enero de 2006

CLOSER, una danza mordaz*

El problema de creer en el amor a primera vista es que siempre lo estás buscando.



Como pocas veces en el cine de hollywood, nos topamos con un trabajo de guión que es excepcionalmente impresionante. De una trama donde enamorarse y desenamorarse resulta tan simple como tomarse un mate, y que con facilidad puede convertirse en un aburrimiento, tenemos lo opuesto: una película que te tiene enganchado las casi dos horas y que no se cae en ningún momento, ni siquiera en la escena (bastante larga y caduca de plano contra plano) del chat.

El guionista - y obviamente el director lo hace posible- crea saltos narrativos en la historia hacia delante, atrás, a los lados, al aire, a no sé dónde, que hace que los personajes se muevan de una manera imprevista en un tema (relaciones de pareja) en el que existe un alto número de probabilidades de ser predecible. Idas y venidas que gracias a los diálogos (magistralmente construidos y amarrados), no te hartan y llegan incluso a provocarte la sensación de querer aún más o de imaginarte que aún viene más.

El guión es una danza exquisita(mucho hace el hecho de que el que adapató la obra de teatro al cine, sea el mismo escritor), un ballet perfecto, no sólo en las frases que salen de los protagonistas sino en la puesta en escena en la narrativa visual, en lo que se dice y lo que no se dice, en lo evidente y lo supuesto. Esto es clarísimo, por ejemplo, en la escena esa del club, en la que Alice (Natalie Portman) y Larry (Clive Owen) “juegan” a buscarse y desencontrarse. Juegan con la palabra verbal y no verbal en una coreografía alucinante, manteniéndote en un hilo de no saber si los personajes enganchan o no, sin quitarte la posibilidad de imaginar que sí o que no, y en la que no importa si sí o si no porque en cualquier caso te sorprenderías.

Es difícil, creo yo, o por lo menos exige bastante del director el hacer una buena historia de amor, una que no llegue a ser irreal , o demasiado casual. Difícil manejar el tiempo, porque por ejemplo en la vida real, enamorarte no te toma 2 minutos… pero en CLOSER sí… , el guionista nos convence de ello y el Director lo hace posible y verosímil.

He leído que el director ya tiene su trayectoria, en lo personal no había visto hasta ahora una película suya. Pero en esta película, las historias de amor que se dan, no suelen funcionar de edulcorante como suelen hacerlo siempre. Se utiliza mucho la sátira, no así la esperanza. Se percibe algo de Kubrick en la fotografía, y es fantástico. Los colores hablan, dicen… la metáfora visual te cuenta la historia sin predisponerte a las acciones. Giros dramáticos a cada instante, imprevistos, sorpresivos.

Hay una parte donde uno de los protagonistas se pregunta ¿porqué no basta el amor? Y a lo largo de la película el espectador se lo responde a través de una auto-observación constante, desde el inicio, desde el encuentro romántico de miradas de ese amor a primera vista entre Dan (Jude Law) y Alice, hasta las nuevas facetas de ese amor, la curiosidad, el miedo a la soledad, el tedio, la perversión, el deseo, el instinto, las ambigüedades que pueden existir en el amor, el egoísmo, la deslealtad, la verdades malas y las mentiras buenas y viceversa, e incluso la experiencia de la relación sin contacto físico de Internet o un club de striptease. Todo eso se mezcla y se confunde, se vuelve incomprensible, indescifrable y termina con la pureza preconcebida del amor.

La historia te deja con una sensación de la muerte de unas relaciones que aún no habían nacido, y deja a los personajes solos ante un inmenso vacío y dolor; y a vos te deja perplejo, ante el reconocimiento de tu propia experiencia con las relaciones interpersonales; y no es casual que en la película se repita con insistencia las secuencias con espejos, es eso… ver en vos mismo la naturaleza inmanente del ser humano y su relación con el amor, como es concebido actualmente. Hay mucho cinismo, crudo a veces, diálogos mordaces que no dejan de ser lúcidos y que desestabilizan al espectador en varios momentos de la película.

Es una película que vale la pena ver.

* Escribe: Verónica Delgadillo

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